domingo, 26 de junio de 2011

¿Crisis?¿eso qué es?

Es la palabra de moda, está en boca de TODOS, y estoy seguro que si preguntásemos por la calle, todo el mundo sería capaz de decir qué es para el la crisis de una forma perfectamente comprensible para los demás.

Los parados dirían que es el motivo por el cuál se han quedado sin trabajo, los empresarios dirían que es el motivo por el que los bancos han dejado de dejarles dinero y los funcionarios dirían que es el motivo por el cual les han bajado el sueldo un 5%.

Hasta aquí creo que nada nuevo, pero sigamos avanzado en la materia, ¿Por qué estamos en crisis? Esta pregunta ya no es tan obvia. Hay quien dice que la culpa es de los políticos, hay quien dice que la culpa es de los bancos, hay quien dice que la culpa no es de nadie y es consecuencia del contexto global en el que vivimos y hay quien como yo, cree que la culpa es de todos, y en ese todos me incluyo como uno más.

¿Y por qué creo eso? Muy fácil, cuando una empresa, una Administración o un particular piden un crédito a un banco lo pueden pedir para dos cosas: para realizar una inversión, esto es desarrollar un activo que nos ayude a generar un beneficio económico a medio/largo plazo o para financiar un gasto, esto es conseguir dinero por adelantado para gastarlo en algo que a día de hoy, con nuestros recursos, no nos lo podemos permitir.

Ejemplos de inversión son: una empresa que se compra una máquina nueva que le permite reducir notablemente el coste con el que produce sus productos, un trabajador que decide hacer un master para optar a mejores puestos de trabajo o un Ayuntamiento que decide implantar un nuevo sistema de información para mejorar su gestión económico-financiera, optimizar sus compras y mejorar la eficiencia de sus procesos recaudatorios.

Ejemplos de gastos son: una empresa que pide un préstamo para poder pagar las nóminas de sus trabajadores, una familia que pide un préstamo para poder irse de vacaciones o una Administración que pide un préstamo para poder realizar gastos por encima de lo que le permiten sus ingresos.

Nuestro problema es que durante los últimos diez años, empresas, particulares y Administraciones, nos hemos dedicado a vivir por encima de nuestras posibilidades, gastando más dinero del que realmente teníamos, mediante la petición continuada de préstamos que nos permitían acometer estos gastos.

Y lo que es todavía peor, lejos de utilizar este dinero para invertirlo y mejorar nuestros activos con el objetivo de ser más productivo a medio o largo plazo, hemos malgastado este dinero en chorradas que en la mayoría de los casos iban dirigidas a satisfacer nuestras necesidades a corto sin pensar en qué nos iba a dar de comer en los años futuros.

En términos que podamos entender todos, las empresas no se preocuparon de cualificar a sus empleados, de invertir en I+D o de mejorar sus procesos para ganar competitividad y sí de ganar rápidamente cuota de mercado centradas única y exclusivamente en su cuenta de resultados a corto plazo, los ciudadanos no se molestaron en mejorar su cualificación o en emprender mediante el desarrollo de nuevos negocios y sí de comprarse una tele, un coche o irse de vacaciones y las Administraciones no se preocuparon de optimizar sus procesos, mejorar sus servicios y optimizar los recursos disponibles y sí de aumentar desmesuradamente sus plantillas, su red de empresas públicas o sus presupuestos de comunicación con el objetivo único de reeditar sus triunfos electorales.

Resultado: ESTAMOS EN CRISIS, y lo que es peor vamos a estar en crisis durante mucho MUCHO tiempo y aunque en esto espero equivocarme, creo la cosa va a ir a peor, y si alguien tiene dudas que mire a Grecia...

Las Administraciones son culpables porque durante los años en los que hemos estado creciendo han estado malgastando recursos muy valiosos y lo que es peor comprometiendo gastos a futuro que ahora no se pueden permitir, las empresas son culpables porque no se preocuparon de mejorar su competitividad o de invertir en I+D para garantizar su futuro y subsistencia en un mercado global, los ciudadanos somos culpables, porque lejos de aprovechar la época de créditos fáciles para montar empresas, mejorar nuestra cualificación y, por qué no, simplemente ahorrar preferimos no ahorrar nada y dedicarnos a vivir la vida padre y comprarnos dos coches, tres teles y dos motos... y por último, los bancos son culpables, porque lejos de poner un poco de orden en este caos, fomentaron con sus políticas una cultura basada en el principio de que endeudarse era bueno, con el único propósito de engordar sus bolsillos.

Para concluir os dejo varios vídeos que apoyan mis ideas, nos deben servir para reflexionar y sobre todo para aprender de los errores pasados de cara a no volver a repetirlos en el futuro.

El primero es el ya archifamoso vídeo de Españistan, obra de Aleix Saló, que nos cuenta con un poco de humor, y con la que está cayendo creo que es mejor reir que llorar, cómo y por qué hemos llegado a la situación en la que nos encontramos.

El segundo es un vídeo de Jose Mª O`kean, catedrático de la Universidad de Sevilla, profesor asociado del Instituto de Empresa, y sin lugar a dudas una de las personas que más me han enseñado en el terreno económico, que nos cuenta porque los españoles somos capaces de hacer mejor los lápices que los alemanes.

Y el tercero y último vídeo pertenece a Jesús Encinar, emprendedor y creador de idealista.com, que nos muestra con imágenes las consecuencias del modelo de crecimiento basado en el ladrillo que ha gobernado en este país durante los últimos años.

Y hasta aquí el post, pero antes de irme dejo en el aire una pregunta que debería servirnos para reflexionar sobre el momento en el cuál vivimos: ¿qué puedo hacer yo para enderezar este entuerto?