jueves, 8 de septiembre de 2011

¿Y qué debe hacer el Gobierno?


En mi anterior post insistía en la idea, que todavía defiendo, de que sólo existe una forma para conseguir remontar el vuelo de una vez por todas y salir de la situación de crisis en la que actualmente estamos inmersos: dejar de lamentarnos y de pensar en qué tienen que hacer los demás, incluido el Estado, y empezar a pensar en qué puedo hacer yo.

Sin embargo, es cierto, que el Gobierno, con independencia de quien lo lidere, tiene en sus manos armas de enorme poder, que podrían ser de gran ayuda para, valga la redundancia, ayudarnos a hacer nuestros deberes. En mi opinión, el Gobierno debería emprender reformas estructurales de enorme calado y vitales para la supervivencia de nuestro modelo de país, entre otras:
  • Necesitamos adoptar medidas urgentes para empezar a mejorar la competitividad de nuestro modelo productivo. Como bien apunta mi admirado Jose Mª O`kean el principal problema que tiene España ahora mismo es que no es un país competitivo, ¿Y esto qué es? Esto es que tenemos problemas para hacer las cosas bien a la primera y con un esfuerzo y unos costes inferiores a los de nuestros vecinos. ¿Y por qué no somos competitivos? Por muchos y varios motivos, pero por encima de cualquier otro porque una parte importante de las personas que componen este país se dedican a desarrollar tareas que no aportan valor pero que sin embargo encarecen nuestros productos, otra parte importante que sí se dedica a desarrollar tareas que aportan valor las desarrollan de forma poco efectiva, y en consecuencia contribuyen a encarecer el producto y por último sólo una pequeña parte se dedica a desarrollar tareas que aportan valor de una forma óptima.
  • Necesitamos cambiar nuestro sistema y nuestro modelo educativo. La tecnología está cambiando la forma en la que nos relacionamos, nos comunicamos y nos expresamos, la forma en la que entendemos y hacemos los negocios, y en general la forma en la que vivimos. Las nuevas generaciones no sabrán como era el mundo antes de que existiesen los teléfonos móviles, internet o los tablet PCs. Y mientras todo esto ocurre nosotros seguimos educando a nuestros hijos de forma muy parecida a como lo hacíamos hace 35 años. Es fundamental que reformemos profundamente nuestro sistema educativo, que abramos nuestras mentes y pensemos en nuevas formas de aprender: más colaborativas, haciendo uso de los nuevos medios de los que disponemos y sobretodo pensando en qué van a necesitar nuestros hijos en un mundo profesional y laboral que será muy diferente al mundo que nosotros conocemos.
  • Necesitamos reformar nuestras Administraciones Públicas. Lo queramos ver o no, en este país sobran empleados públicos, sobran administraciones públicas, sobran políticos y sobran gobiernos. Desde el punto de vista puramente económico no nos podemos permitir un modelo como el actual. Además es fundamental introducir cambios de calado en los modelos de gestión de las Administraciones Públicas, cambios orientados a dotar a la Administración de una mayor flexibilidad, que permita dotarse de recursos cuando se necesiten y despedirlos cuando dejen de hacerlo, que permita mover fácilmente trabajadores de un área a otra y cambiar sus funciones y cometidos en función de las necesidades de la Administración, y que permita premiar al que rinde adecuadamente y por qué no, despedir al que no lo hace.
  • Necesitamos generar un entorno con las condiciones adecuadas para poder emprender. Y eso pasa por simplificar los trámites necesarios para la creación de nuevas empresas, por adoptar reformas estructurales que faciliten el acceso a nuevas fuentes de financiación, por limitar la responsabilidad del empresario, al menos durante los primeros años de vida de la empresa, por plantear ayudas y beneficios fiscales que faciliten la creación de nuevas empresas, por adoptar medidas que apoyen la inversión en I+D+i, en definitiva, por aumentar el número de ZARAs, REPSOLes, BBVAs, BSCHs, Telefónicas, Mercadonas o Corte Ingles, que día a día demuestran que en este país somos capaces de competir con los mejores a nivel mundial.
  • Necesitamos cambiar nuestro modelo actual de familia. Si soy sincero este punto no es de mi cosecha, en realidad es una creencia a pies juntillas de mi mujer. Sin embargo a base de oírlo una y otra vez, es uno de los temas en los que más he pensado últimamente, y la conclusión a la que he llegado es, que como siempre, ella tiene razón. Lamentablemente creo que cada vez más avanzamos hacia un nuevo modelo de sociedad que poco a poco va perdiendo valores como el respeto, la honestidad, la sinceridad, el esfuerzo o el sacrificio. Valores que no se aprenden en las escuelas y sí en las casas, con tu familia, con tus padres. Valores que requieren tiempo de convivencia, de conversación, de compartir experiencias, en definitiva de tiempo y ganas para dedicarle a nuestros hijos, tiempo de calidad, del bueno y pensando siempre que la responsabilidad última en la educación de un niño no es del colegio, es de la familia.
Para acabar tan sólo una reflexión: el Gobierno, aunque muchas veces no nos guste, somos todos. El próximo 20 de Noviembre nos enfrentamos a una de las elecciones más críticas de nuestra corta vida democrática: elegir al Presidente que debe guiarnos para salir de la crisis más grave por la que hemos pasado en los últimos 40 años, y aunque me duela en el alma decir esto, la realidad es que sólo tenemos dos opciones: Rubalcaba y Rajoy.

El primero ya ha tenido ocho años para intentar hacer algo y no lo ha hecho y el segundo ha tenido otros ocho años para decir lo que en su opinión había que hacer y demostrar cuáles son sus valores y tampoco lo ha hecho. El panorama no es muy alentador, sin embargo creo que en esta ocasión, más que nunca procede ser responsable, y aunque la cabeza me pide proceder como en las últimas elecciones, leerme todos los programas, y elegir aquel que se encuentre más próximo a mis ideas, el corazón me dice que en esta ocasión, al menos, necesitamos un cambio...


¿Qué puedo hacer yo para salir de la crisis?

El pasado mes de junio tuve la fortuna de poder asistir a la 3ª edición de la Red Innova en Madrid. Un evento donde se junta una rara mezcla de emprendedores, innovadores, bloggers, y en general, gente rara que se entusiasma cuando habla de Internet, entre otras muchas cosas, porque para ellos Internet es un nuevo mundo lleno de nuevas posibilidades.

Entre las muchas charlas y ponencias a las que tuve la oportunidad de asistir hubo dos que me marcaron especialmente. La primera fue la de Pau García-Milà, un chaval de tan sólo 23 años que a los 17 ya había montado eyeOS. Pau es un excelente comunicador con gran facilidad de palabra y cuya intervención se centró en lo difícil que es ser joven emprendedor en España. Dos de los mensajes que más me impactaron de su intervención son:
  • En ocasiones es necesario dar un paso hacia atrás para poder dar un salto firme hacia adelante, y esto lo decía en referencia al reciente anuncio de 8.500 despidos por parte de Telefónica para poder aumentar un 20% su presupuesto en I+D+i, ¿Cuántos miles de puestos de trabajo se generarán con ese 20%?
  • La solución a la crisis no es del Gobierno, no es de la oposición, no es de las grandes empresas, es de la gente. Y esto pasa por un cambio de mentalidad, no vale de nada quejarse, lo que hay que hacer es preguntarse: ¿Qué puedo hacer yo para salir de la crisis?
La segunda ponencia fue la de Martin Varsavsky, emprendedor fundador de empresas como Jazztel, ya.com o FON. Martín habló de cuatro ideas fundamentalmente:
  • ¿Cuál debe ser el rol de un primer Ministro para darle un futuro a la gente, o lo que es lo mismo, por qué un emprendedor se debe ir a vivir a Inglaterra?
  • ¿Cómo se puede hacer para triunfar en un ecosistema que es lo opuesto de Silicon Valley? Hay que luchar con más ganas, con más intensidad, con más fuerza.
  • Los afluentes del Ebro no son el futuro de este país. Necesitamos otro sistema educativo, con otra manera de aprender, y otra de forma de educar a los que deben crear nuestro futuro.
  • Hay mucho que aprender de países como EE.UU y de cómo ellos sí han sido capaces de generar un ecosistema que favorece la innovación y la creación de empresas como medidas para poder triunfar en el futuro.
Se puede decir más alto pero no más claro. Desgraciadamente creo que el contexto no es el más favorable, culturalmente no somos un país muy trabajador, somos gente no muy dada a asumir riesgos, tenemos un sistema educativo muy mejorable, y necesitamos hacer reformas estructurales y del mercado laboral de enorme calado para poder reflotar esta situación, pero si todos y cada uno de nosotros dejamos de forma inmediata de quejarnos por todo y nos centramos en intentar pensar de qué forma podemos contribuir, estoy 100% seguro de que conseguiremos convertirnos en el país líder que creo debemos y podemos ser.

Para ello hay algunas ideas de partida que debemos tener claras y en las que en muchos casos, necesitaremos la ayuda del gobierno:
  • El futuro no está en la construcción o al menos no en la construcción dentro de España, necesitamos realizar una apuesta firme por otros sectores en los que sí podamos diferenciarnos y que tengan potencial de crecimiento dentro de nuestras fronteras.
  • Internet es un nuevo mundo, un nuevo mercado lleno de inmensas posibilidades, con nuevos paradigmas y nuevas fronteras, que permite pensar en formas nuevas y diferentes de emprender negocios.
  • Necesitamos abrir nuestra mente, pensar de una forma diferente, concebir nuevas formas de hacer negocios e innovar. Y cuando hablamos de innovar en la mayoría de las ocasiones no hablamos de inventar nada nuevo sino de hacer las cosas de forma diferente con un prisma diferente y pensando de forma diferente. Con ese paradigma da igual que vendamos ropa como Zara, café como Starbucks o tecnología de última generación como eyeOS.
  • No podemos aspirar a trabajar 35 horas a la semana, aplicando la ley del mínimo esfuerzo, si mover el culo de casa y ganando una millonada a final de mes. Lamentablemente existen personas en países como China, Brasil o la India que tienen ganas de comerse el mundo,
Pero lo más importante es que tenemos que pasar a la acción, ponernos manos a la obra y dejarnos de lamentos. El futuro está ahí, y es nuestro, pero eso sí hay que ir a por él, no podemos esperar sentados a que llegue a nuestra puerta.

Es obvio que no todos podemos ser emprendedores, ni directivos, ni tan siquiera trabajadores, pero todos tenemos una misión que cumplir, por mucho esfuerzo y sacrificio que ésta suponga. Algunos intentaremos montar o crecer empresas que soporten el motor económico de este país, otros deberán mejorar su capacitación y su formación para contribuir a mejorar esa palabra que ahora está tan de moda en términos económicos: la competitividad y otros deberán centrarse en formarse y prepararse para estar preparados y asumir el relevo en el futuro.

Yo me pienso poner desde ya manos a la obra, ¿y tu?